No puedo, de verdad que yo no puedo ignorarte, es que te tengo tan en mi sangre, en mi alma... Tan en mis gestos, en mi vida y mis cosas... y sobre todo en mi cabeza, todo el tiempo aparecés y desaparecés. Aparecés tantas horas, y desaparecés breves trágicos minutos de distracción aparente. Por ahí me siento tranquilo porque creo que ya no va a volver asomarse tu nombre en mi mente, pero de repente con cualquier cosa aparecés Clara, aparecés y me desespera... y con cosas que en realidad no tienen nada que ver con vos, pero a veces las cosas menos relacionadas son las que más te involucran. Hasta los árboles me recuerdan a vos cuando los mirabas...
Es horrible pensarte sin verte Clara, sin tocarte, sin sentirte. Es terrible extrañarte de la manera en que te extraño. Dejemos de lado la maldita nueva forma del amor, seamos rebeldes y nos amemos como de verdad nos gustaría hacerlo. Seamos rebeldes y digamos lo que sentimos, que nuestra ley sea esa Clara, decir lo que sentimos y sentir lo que decimos. Te quiero rebelde, rompiendo esquemas de indiferencia por orgullo. Te espero clara, para tomar unos mates como te gustan a vos y reírnos un poquito de esta vida. Te espero para abrazarte.
No me basta con que tengamos sólo un cielo en común, tengamos también una historia.
(Tu)Rafael