Una melodía armónica sonaba, Pedro Aznar despertaba a mis oídos, volviendome a la realidad, abriendome lo ojos, terminando mis sueños.. Endulzandome el alma a primera vista de escuchar. Estaba un poco enojada porque se había terminado, pero también un poco alegre porque esa música me daba algo, algo que no sé bien si se puede decir en palabras porque es una mezcla de "elegir tu canción favorita" con "odiar la canción" porque es la que acaba con eso bonito que estaba sucediendo.
Había parado de cantar Aznar y su guitarra. Y había algo en eso que me aturdía, una realidad que sin sonido me consumía. Y yo buscaba encontrar el nombre del ruido que me estaba impidiendo volver a soñar.. o volver a despertar .. Me tapaba los oídos y seguía escuchándolo, Era indomable, rebelde, inquieto, me pegaba, se reposaba en mi y como hielo me ardía...Y era eso, eso de lo que nadie escapa.. el silencio.. Ese silencio que suena por algo que falta en un vacío espacial que con cosas no se puede llenar. Ese silencio ensordecedor, que te irrita, te grita, te sacude.. El silencio de alguien que falta, una ausencia que taladra, sin presencia, la cabeza de solo pensar. No quiero pedirte que vuelvas pero llevate el silencio, llevate la ausencia.. No quiero que estés sin estar. Puedo llenar el silencio, ese vacío , pero deja de ocuparlo! Tal vez estamos hechos no de piel, sino de historias, y esas historias aunque estén vacías quedan, no como la piel que cuando se va... desaparece. Vos te moves y te vas, tu historia queda. Al final entendí todo, el silencio en el sueño, mi cabeza esperando que suene Aznar al compás para terminar con eso.. Sonó, me desperté, apague los ojos, cerré la música, y dormí los oídos. Para volver a empezar.
Chari Ahumada.
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