miércoles, 18 de noviembre de 2015

Un efecto fugaz

Vi el cielo brillante inmaculado, Pestañeé una dos tres veces y miré una nube que se movía.. se movía como toda nube que respeta su tarea de nube de moverse alrededor de nosotros, o del mundo, o del espacio... O quizá nosotros alrededor de ella, y ella estática, inmóvil, viéndonos a nosotros pasar.  

Pensé en la nube, después en el cielo, y finalmente bajé a la tierra, me senté a mirar pasar la vida, observé el árbol, el pasto verde, los bancos viejos, y un montón de gente girando en una misma dirección.. como el reloj, un reloj acelerado sin pausas, y otro montón de gente en contramano, contra las agujas de ese reloj. Volví a pestañear desesperada, todo estaba pasando en un momento, en otro, y en otro... Y ahí estaba la nube, y yo mirándola fija, se estaba yendo, se iba y mis ojos la perseguían sin poder alcanzarla... Era eso, la vida que con la nube se marchaba, la vida se estaba escapando corriendo de mis manos como la nube de mis ojos... y no me gustaba la idea de que eso sea el tiempo. El tiempo movía a la nube, y  con él cada flor blanca que caía del árbol era un minuto que pasaba. No es el tiempo el que vuela, somos nosotros los que volamos en el tiempo, sin saber aprovechar cada momento, dejándolo pasar como si pudiéramos recuperarlo. El tiempo es luz y nosotros somos la tecla, la tecla que prende la luz cuando queremos que empiece a iluminar. Todo lo que vemos es tiempo, el árbol ya no era una rama sino una constelación de ramas y hojas como estrellas que crecían, los bancos viejos eran tiempo, como las marcas en mis manos que van dejando los años, y la nube ya no estaba, había otra nube, otro momento.

Entonces no se trata de poder repetir lo que vivimos sino de aprender a vivirlo concediéndole el valor que el tiempo se merece, creo que sólo se vive una vez, pero si lo vivís de la mejor manera, con esa vez es suficiente.

No quiero dejar que la vida me sobrepase con el tiempo abandonándome y dejándome atrás. El tiempo es fugaz y no podemos detener ese efecto, pero no tenemos que detenernos en él tampoco. Hay momentos del pasado que nos detienen, nos sujetan, nos atan sin dejarnos ver el ahora, y ese ahora es un regalo. No nos dejan disfrutar el presente que se nos va corriendo junto con la nube, la flor y la vida. 
 Tendríamos que desatarnos del pasado y empezar a caminar con el presente, ni más  rápido que él, ni más lento, abrazándolo fuerte para finalmente llegar de la mano con la vida sin dejar nada pendiente, sin dejarlo escapar, encontrando la felicidad en esas pequeñas cosas que es todo aquello que en este instante nos rodea, avanzar junto al instante que ya no está pero hay otro instante más que empieza a comenzar, comenzando y terminando con él.

Chari Ahumada.

jueves, 12 de noviembre de 2015

A primera vista de escuchar

Una melodía armónica sonaba, Pedro Aznar despertaba a mis oídos,  volviendome  a la realidad,  abriendome lo ojos,  terminando mis sueños..  Endulzandome el alma a primera vista de escuchar.  Estaba un poco enojada porque se había terminado, pero también un poco alegre porque esa música me daba algo,  algo que no sé bien si se puede decir en palabras porque es una mezcla de "elegir tu canción favorita" con "odiar la canción" porque es la que acaba con eso bonito que estaba sucediendo. 
Había parado de cantar Aznar y su guitarra. Y había algo en eso que me aturdía,  una realidad que sin sonido me consumía. Y yo buscaba encontrar el nombre del ruido que me estaba impidiendo volver a soñar.. o volver a despertar ..  Me tapaba los oídos y seguía escuchándolo,   Era indomable,  rebelde,  inquieto,  me pegaba, se reposaba en mi y como hielo me ardía...Y era eso, eso de lo que nadie escapa..  el silencio.. Ese silencio que suena por algo que falta en un vacío espacial que con cosas no se puede llenar. Ese silencio ensordecedor,  que te irrita, te grita,  te sacude..  El silencio de alguien que falta,  una ausencia que taladra, sin presencia, la cabeza de solo pensar.  No quiero pedirte que vuelvas pero llevate el silencio,  llevate la ausencia..  No quiero que estés sin estar.  Puedo llenar el silencio,  ese vacío ,  pero deja de ocuparlo!  Tal vez estamos hechos no de piel,  sino de historias,  y esas historias aunque  estén vacías quedan, no como la piel que cuando se va... desaparece.  Vos te moves y te vas,  tu historia queda.  Al final entendí todo,  el silencio en el sueño,  mi cabeza esperando que suene Aznar al compás para terminar con eso..  Sonó, me desperté, apague los ojos,  cerré la música,  y dormí los oídos.  Para volver a empezar. 
 



Chari Ahumada.