martes, 16 de octubre de 2018

Mi Primavera

El sol de pleno septiembre, los lapachos,
el perfume de los naranjos cuando caminás por la vereda, el calor, el viento y la alergia. El dolor de los problemas, el estrés de las responsabilidades, la angustia de lo inmanejable...
El mundo es maravilloso, tanto que nos pasamos la vida tratando de comprenderlo... Desde la existencia misma hasta el por qué de los colores.
Las leyes de la naturaleza... La química, la física, la biología, la matemática..Todo me asombra.
Todo nos asombra, nos causa dudas, misterios, preguntas.. Ansiedad del no saber, del no entender, del querer y no poder.
La pregunta de "Por qué me pasa esto a mi?" eternamente sin respuesta..
Entre tanto misterio, este no era un septiembre como los anteriores, algo en el aire corría diferente.
Y el milagro de la vida se desgastaba cuando el cielo no brillaba como siempre.. Sus ojos celestes.
La medida del dolor es proporcional a la medida de amor que sentimos por alguien, cuanto más amamos, más sufrimos.. Cualquiera sea el motivo que nos provoca ese dolor.
Para ser completamente feliz se necesitan demasiadas cosas en equilibrio y siempre quedan algunas tambaleándose..  Tantas cosas pasean por nuestras pobres cabezas desesperadas y en una abrir y cerrar de ojos, todo cambia.
Para bien o para mal, cambia... y en este septiembre algo cambió para siempre..
Amaba las flores, su jardín, el palo borracho y su algodón, el rosa y el blanco, el té con miel, las cosas dulces, el verano.. Amaba el chocolate y los libros. Y su estación preferida era la primavera.
Brillaba en todos lados, siempre radiante y elegante, su delicadeza la abrazaba eternamente.
Pero esta primavera no sería la más linda de todas, por algún motivo ese día el resplandor del sol no brillaba con su misma intensidad.. Ese 21 de septiembre Dios quiso tener con él la flor más linda de la tierra, mi primavera...
Un pedazo del corazón se apagó junto con su partida,  la vida quedó con su perfume pero sin su piel. Quedó su nombre para siempre pero sin su mirada. Y con ella se llevó todas las lágrimas. Pero nuestra flor no se había marchitado, tan solo el viento la llevó a ver el amanecer desde su mismo cielo. Nos la arrancó, pero sé muy bien que algún día nos volveremos a encontrar volando entre las nubes. Con esos ojos celestes, con esa risa, con ese abrazo... Por eso prefiero decir hasta pronto y no adiós para siempre.
Imagen : Cuadro "La Primavera" Botticelli.


Q.E.P.D Abuela Mary.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario