lunes, 26 de junio de 2017

Efecto mariposa

Era de alma débil, de esas almas que se contaminan de soledad los domingos, de esas almas que abrazan sueños que acaban al despertar por la mañana, y no logran soltarlos durante todo el día. De esas almas en las que quedan grabadas las heridas. Pero tenía la habilidad de sonreír ante la más mínima e insignificante cosa bonita que la vida le presente y así andaba, sonriendo por todos lados, ocultando la fragilidad de su alma.  
No conocía el punto medio, nunca lograba encontrar el equilibrio, su existencia consistía en permanecer en los extremos, se reía a carcajadas sintiéndose plena o lloraba con hipo hasta quedarse dormida. Las cosas le entusiasmaban con gran intensidad o no le interesaban en absoluto. Se enloquecia con sus pasiones pero ignoraba por completo todo aquello que para ella no tenía importancia.  Escucharla hablar era una aventura interminable donde las palabras eran castillos que a su vez  contenían miles de otras palabras, haciendo constantes semiosis infinitas, eternas ramificaciones de historias entrelazadas. 

Su vida era el reflejo transparente de su cabeza desorganizada, de sus pensamientos dispersos, de su distracción permanente.  Vivir para ella era existir en  el preciso instante momentáneo, en la efímera espontaneidad de cada minuto. No comprendía por qué su realidad tenía una velocidad diferente que otras realidades. No podía sentarse a esperar a que las cosas pasen, ella siempre tenía que hacer que pasen. Era caos, un caos que lograba transformarse en poesía.

Chari Ahumada.-

jueves, 27 de abril de 2017

El poder de las palabras


A las palabras no se las lleva ningún viento, pegan con tanta fuerza que quedan grabadas para siempre en la piel, o en el alma tal vez. 

Las palabras nos mueven, nos paralizan, nos rompen, nos abrazan. Las palabras son la mayor arma de defensa, y también la más peligrosa al momento de atacar. Las palabras eso intangible que no existe pero lo es todo. Todo el mundo es palabra. Un pensamiento, una caricia, una mirada. O al revés, toda palabra es un mundo, cada palabra agarra una intención, cada palabra es una sensación, un sentimiento, un dolor. Son ellas las que nos usan a nosotros, las que hacen con nosotros lo que quieren. Cada palabra entra en nosotros y se apodera de nuestra alma. Dominados por palabras somos tan débiles, tan frágiles, tan felices a veces también. Y somos vulnerables a ellas. Palabras malas, palabras dulces, palabras pobres...palabras de todos los colores, sonidos y sabores. Las palabras nos empujan, nos sostienen, nos levantan y hasta algunas nos besan. Pocas son las cosas con tanto poder como el de las palabras. Quizá no estamos hechos ni de átomos, ni de historias, quizá simplemente estamos hechos de palabras, palabras que viven y vibran en nosotros.

Chari Ahumada.-

miércoles, 8 de marzo de 2017

SOY MUJER

Soy mujer y tengo tantos complejos conmigo misma como defectos en mi cuerpo. "No me acepto" , "no me gusto" , "no me quiero" . Lamentablemente esta sociedad estereotipada te condena a tener que ser de una determinada forma y no te permite ser tal cual sos. 
Me canse de la insoportable perfección aparente, de la perfección imaginaria, la que no existe. Una mujer no es menos linda que otra por no ser flaca, o por no tener una sonrisa perfecta, o por ser más baja o más alta... cada persona tiene su belleza la cual no es solamente lo que se ve sino el contenido del envase. Es decir la mente. No tengo un cuerpo perfecto, no tengo una personalidad perfecta. Soy esto que ven, soy todos los defectos que tengo... Y tal vez antes haya sido mejor, o peor o igual, o tal vez mañana sea mejor, o peor o igual. Pero sé perfectamente que no soy constante, porque soy mientras vivo y me voy modificando...
Mujer Baja, gorda, alta, flaca, blanca, teñida, enana, cachetona, culona, sonriente, antipática, graciosa, histerica, loca... Soy mujer y puedo ser de mil Formas. 
Soy mujer y tengo luz propia. 
Soy mujer y cambio constantemente. Tanto el cuerpo como la mente, van cambiando.
No somos mejores ni peores que otras, somos simplemente diferentes. Somos como queremos, no como nos quieren. Somos auténticas, únicas, libres. SOMOS MUJERES

domingo, 5 de marzo de 2017

Somos la gente


La gente cree que te conoce pero en realidad no sabe nada de tu historia...  La gente cree que te entiende pero ni siquiera te escucha. La gente cree que sabe como sos pero ni siquiera tiene una puta idea de lo que te está pasando. 

La gente habla y hablará siempre.  La gente te juzga. La gente te señala.  La gente te mira y no te siente. No sabe como está  tu alma,  en que temperatura sentís tu sangre,  con que dolor caen tus lágrimas,  con que intensidad sos  feliz. 
La gente es un "ellos" del cual soy parte. Porque sí, siempre criticamos a la gente pero somos parte de aquello que decimos que nos molesta,  somos parte del problema. Somos parte del embotellamiento del que nos quejamos, del amontonamiento de personas en un recital, del "estaba muy lleno el lugar" pero también nosotros nos encontrábamos ahí. Porque También somos la gente. 
La gente te ve sonreír y cree que lo tenés todo,  la gente te escucha decir tu opinión y te tacha sin saber tu argumento.  La gente la gente la gente.  Somos la gente. Somos lo que nos molesta de los otros,  somos lo incorregible de la sociedad.  Somos parte del error. Nos molesta que nos juzguen pero también juzgamos. 
Hablamos de los demás como si supiéramos todo,  hablan de nosotros sin saber nada.  Todo es relativamente recíproco.  Todo es un vaivén de lo que reflejamos,  reflejamos lo que somos sin saber que lo somos. Reflejamos lo que la sociedad nos da pero somos la sociedad. Es difícil salir de eso,  es imposible desprenderse. 
No seamos la gente,  seamos nosotros mismos y que la gente puedan ser otros.

Chari Ahumada.-

lunes, 6 de febrero de 2017

Lo que no se ve


Detrás de su mirada se escondía la verdad de su historia,  se escondía una cara que ocultaba detrás de la simulación de una sonrisa permanente. Detrás de esos ojos tan solos que miraban siempre desde lejos su alrededor, esos ojos que no tenía un par que los acompañen para mirar juntos. 

Detrás de eso que mostraba ser fuerte,  de eso que siempre brillaba, se escondían toneladas de heridas,  de huecos con pesadillas,  de grietas con dolor. De pasados oscuros,  de errores camuflados,  de pensamientos débiles. De palabras tristes, de corazónes rotos,  de amores pendientes. Porque no siempre lo exterior refleja lo interior. 

Pero jamás iba a admitir sus derrotas,  jamás dejaría que los demás lo vean caer,  lo vean sufrir,  lo vean perder.  Se mantendría en pie con el pensamiento de no mostrar sus infiernos, mejor sólo dejar ver sus cielos.  Tenía en las venas la sangre inundada de dolor,  y no la dejaba correr, no dejaba que sus heridas salgan a la luz para así liberarse de ellas. Prefería esconderlas. "¿Para qué?" Se preguntaba,  "¿Para qué querer mostrar algo que realmente no soy todo el tiempo?" pero no podía.  Tenía que ser fuerte.  Si él no se contenía nadie iba a hacerlo,  si él no se abrazaba nadie iba a a hacerlo, si él mismo se derrumbaba nadie iba a levantarlo de nuevo,  nadie más que él mismo. Porque dentro de uno a veces hay dos... dos de uno mismo,  y sólo uno mismo puede defenderse,  solo uno mismo puede quererse transparentemente,  cuidarse y protegerse. Porque lo único que acompaña a tu mano derecha para siempre es tu mano izquierda,  lo único que acompaña a tu corazón para siempre es tu propia alma..  Lo unico que acompaña tu piel,  es tu historia. Hay que lograr unir las pesadillas con los sueños y así salir adelante.

Chari Ahumada.-