Podríamos decir que lo más importante de la vida está en la magnitud de los grandes logros, y de sus derivados acontecimientos.
Aunque para ser sinceros, de esta manera nos estaríamos perdiendo de los detalles más sutiles que envuelven el día a día . Si nos olvidamos de presenciar el momento ¿Cómo es posible cultivar el contento como hábito?
Somos cada detalle que nos rodea, cada sonrisa que nos encuentra, cada mañana que se nos regala.
El todo vuelve a ser lo simple, cuando nos damos cuenta de que en lo simple está lo real.