martes, 20 de septiembre de 2016

Lo que nos rodea

Amamos paisajes, libros, canciones, animales. Amamos momentos, cosas,  lugares. 
Amamos silencios, sonidos y música. Amamos sin saber que estamos amando, sin saber que estamos enamorados. Amamos con locura aquello que nos apasiona y amamos con dolor aquello que nos provoca nostalgia. 
Nos desenamoramos de películas cuando descubrimos la verdadera historia, y lloramos con libros que nos cuentan cuentos a los que nos aferramos y siempre terminan.
Amamos el sol cuando pega de frente, el viento cuando se lleva las hojas,  el cielo cuando permite ver las estrellas, las nubes cuando no llueven. 
Amamos la soledad aunque odiemos estar solos. Amamos la vida aunque la critiquemos. Amamos olores, texturas, colores. Amamos la velocidad del tiempo aunque a veces nos detengamos.  Amamos los recuerdos y las aspiraciones futuras.  Amamos el miedo aunque nos desespere. Amamos soñar realidades imposibles, y vivir sueños existentes. Amamos lo que nos rodea aunque no nos conformemos. Amamos el loco mundo en el que vivimos.


Si sentimos que no estamos enamorados, es porque pensamos solamente en personas, sin saber que el amor también está en las cosas que nos hacen sentir vivos.


Chari Ahumada.-

sábado, 3 de septiembre de 2016

Un cielo en el cielo

Tantas palabras amontonadas en un rincón de los pensamientos y los pensamientos son nubes que dan vueltas y vueltas en nuestra cabeza. Y cada tanto llueven palabras, palabras lindas, feas, malas, buenas, palabras tontas, palabras tristes. Y a esas lluvias no las podemos controlar, es que son tan ajenas a nosotros que nos inundan cuando la nube se derrumba sobre uno. A veces queremos esquivarlas y abrimos paraguas para no mojarnos de esos pensamientos, de esas tormentas.                 
Todos tenemos algo que nos lastima adentro nuestro, algo que no siempre sabemos bien qué es. Y los pensamientos,  que no los podemos controlar,  como el cielo que no controla a las luces que brillan, sólo las deja brillar, ni tampoco controla la velocidad de las nubes,  no las apura,  sólo las deja ir lentamente dando la vueltas al mundo.  Entonces somos un cielo,  un cielo lleno de estrellas,  que a veces no se ven porque las nubes las esconden,  y nos nublamos de tormentas. Y vamos buscando la luna, todo el tiempo buscando la luna para sentirnos mejor...Y cuando vemos la luna, entendemos que brilla pero su luz no es propia,  la luna depende del sol para brillar,  y sin embargo nunca se encuentran,  y en ese raro momento en el que se encuentran a veces, sin querer, el sol se va apagando o escondiendo,  y la luna apenas aparece blanca pero sin luz, porque necesita del sol para encenderse. Y así somos nosotros,  todos tenemos un sol que nos ilumina, un sol que nos da la luz que reflejamos. Pero a veces nuestro cielo se torna oscuro y no hay luz, ni luna, ni estrellas,  sólo hay nubes y tormentas... Y las palabras,  esas palabras horribles que nos llueven y nos ahogan,  y hasta a veces nos hacen llorar.  Pero siempre después de las tormentas,  al final sale de nuevo el sol,  o la luna,  o las estrellas.. Y somos todo al mismo tiempo que no somos nada.  
 Es necesario que llueva de tanto en tanto para que cuando brillen luces en nuestro cielo la sepamos valorar, porque somos un cielo con nubes llenas de palabras que nos ahogan en tormentas, y al mismo tiempo estamos en un cielo donde cada uno tiene su sol del que depende para brillar,  entonces todos somos luna,  pero al mismo tiempo siempre vamos a ser el sol de alguna luna.